Llevas cinco meses en mi vientre. Los cinco meses más felices de mi vida y en los que te has portado maravillosamente. Para mí, las historias sobre vómitos, mareos y exceso de sueño están, afortunadamente, alejadas de la realidad y puedo decirte, gracias. Gracias mi perfecto y precioso bebé por dejarme vivir estos meses tan plenos en tu compañía y gracias por darme el privilegio de ser tu madre.
Debo contarte que durante este tiempo me he preguntado cómo serías y he tenido muchísimos miedos: ¿mi bebé vendrá bien?, ¿estará completit@?, ¿que efectos tendrá el haber olvidado un par de días tomar ácido fólico?, ¿le gustará cuando vamos a nadar?, ¿porque no siento movimientos?, ¿y si nunca me patea?... Lo sé, mamá primeriza al fin y al cabo.
En otro momento empezaron a preocuparme otros temas como la inseguridad en mi país (¿cómo cuidaré de ti en una ciudad tan difícil?), la guardería (amb@s sabemos que, aunque mi mayor deseo sería permanecer a tu lado, necesito trabajar, así que ¿quien cuidará de tí en mi ausencia?), tu educación e independencia (¿cómo haré para proporcionarte una educación no tradicional?), la crianza respetuosa (¿porque todos opinan e incluso en ocasiones critican el colecho, los pañales de tela, la lactancia mayor a seis meses de vida y el "exceso" de porteo?), entre otras cosas... Insisto... Mamá con exceso de actividad cerebral y primeriza...
Por otro lado, había estado tan emocionada poniéndote música, leyéndote y dándote masajes, y tú me habías jugado tantas bromas en el ultrasonido, de forma que no podía saber si eras niño o niña, que empecé a darle poca importancia al tema y sólo me dediqué a amarte plenamente y a desear que fueras un bebé sano, y yo una buena madre para ti.
Hasta el día de ayer que me diste la sorpresa. Una hermosa sorpresa que iluminó aún más mi día y que cambió mis dudas y miedos por afirmaciones y deseos. Y esto es lo que quiero para ti: quiero que seas una persona llena de amor por ti misma, por los demás y por todos los seres vivos, una persona que guste de la naturaleza y las cosas simples, que sea humilde, compasiva, valiente e independiente. Quiero que aprendas a llorar y a reír, a aprovechar los obstáculos y verlos como oportunidades, a ser capaz de dar pero también estar dispuesta a recibir, a ser tolerante, respetuosa y justa. Quiero tomarte de la mano, y ser todo lo que quiero para ti, contigo a mi lado.
Quiero que sepas que, desde ahora, deseo que seas una mujer empoderada, que cuestiona, que defiende, que lucha por lo que desea, que tiene dignidad y que se reconoce valiosa... Pero sobre todo, quiero que seas inmensamente feliz de la forma y como tú lo elijas. Porque efectivamente... ayer recibí la noticia de que ¡eres una preciosa nena!
¡Te amo, te amo con todo mi ser mi hermosa pequeñita!
Pd. Esta es la canción que te canto... "Nunca podrás sumar lo que te quiero..."
Muy, muy bonito. Fantastico post
ResponderEliminarHola guapa, antes de nada, enhorabuena. Es inevitable tener miedos. Me encanta lo de la música a tu bebé, ya nos contarás que tal los últimos meses, besos
ResponderEliminarMuy bonito. un abrazo
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