viernes, 20 de noviembre de 2015

¡Hasta siempre!


El día comenzó con un mensaje que decía: “Mi ángel hermoso abrió sus alitas y se me fue al cielo, después de tanta lucha no se pudo amiga”. En ese momento se me partió el corazón al saber que “S”, el primer amigo de mi hijita y su compañerito en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN), había partido. Incluso, ahora mismo se me saltan las lágrimas de tristeza al pensar en el dolor que mi querida amiga, la mami de “S” está sintiendo.

Recuerdo a este enorme guerrero con mucho cariño. Mi hijita estaba delante de su cuarto, así que éramos “roomies”. Cuando yo me encontraba más desesperada, tuve la fortuna de coincidir con sus papás, personas extraordinarias, muy valientes y comprometidas con su hijo. Unos excelentes padres. Ellos no lo saben, pero su presencia hizo más fácil mi estadía en la UCIN y sus palabras más de una vez me salvaron de la depresión y la tristeza.

En esos momentos entendí que sólo unos padres que han tenido el primer contacto con su hijo a través de una incubadora y que han vivido en carne propia el día a día con un bebé conectado a aparatos y con un montón de cables cruzando por su cuerpo, son capaces de apoyar a otros padres que se encuentran en las mismas condiciones.

“S” era un niño excepcional, que luchó incansablemente durante 7 meses. Lo recuerdo enorme, con sus ojitos pispiretos y su cabello rubio. Era, además de un bebé hermoso, un pequeñito con mucha energía que se defendía con fuerza, pero que al mismo tiempo aceptaba noblemente cada uno de los procedimientos a los que era sometido. Un luchador incansable que se ganó el corazón de todos los que tuvimos oportunidad de conocerlo.

Algunos podrían decir que nuestro amiguito “perdió la batalla”. Yo no lo creo. “S” ganó. Ganó porque estoy convencida de que cumplió cabalmente su misión en este mundo terrenal y nos dio verdaderas lecciones de vida. Generó vínculos de amistad irrompibles y nos mostró que ante cualquier adversidad se podía luchar e incluso sonreír.

Recuerdo que todos los días yo le decía a mi nena que “S” era su amigo y que algún día jugarían juntos. Curiosamente, mi hija salió el 18 de septiembre de la UCIN y “S” se fue al cielo justamente 2 meses después, el 18 de noviembre. Creo que ambos tienen y tendrán un vínculo permanente. Estoy convencida de que algún día volverán a encontrarse y de que mi hija aprenderá muchas cosas cuando comprenda el significado de haber estado 50 días en la UCIN rodeada de bebés extraordinarios y compañeros de batallas.

Querido “S”: Definitivamente no te has ido. Estás vivo a través del ejemplo y enseñanzas que nos dejaste.
 
¡Hasta siempre nuestro pequeño gran guerrero! La pettite y yo te llevamos y te llevaremos siempre en nuestro corazón.

*Con todo mi amor, respeto y reconocimiento a los papás de un guerrero.

sábado, 7 de noviembre de 2015

¿Conciliación laboral y familiar?



Recientemente mi hija cumplió tres meses de edad cronológica y uno corregida (nació a la semana 31 y permaneció 50 días en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales), así que al trabajar en el gobierno federal de mi país (México), específicamente en un organismo descentralizado que depende de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, también concluyeron los tres meses de incapacidad por parto a los que las mujeres derechohabientes del Instituto para la Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) tenemos derecho.

Durante la presente administración, pareciera que se ha dado muchísima importancia al tema de la lactancia materna y la no discriminación, sin embargo, la realidad está muy alejada de los discursos políticos.

En este post, me referiré a mi experiencia personal en relación con esto. No significa que en todos lados sea así, pero es sorprendente que en el lugar donde trabajo, considerado el año pasado, como uno de los "mejores lugares para trabajar" ("best place to work"), sea imposible desempeñarse simultáneamente como madre y como profesionista, sobre todo si tu puesto es considerado "de confianza" (algo que yo resumiría en no tener horarios y estar ahí cada vez que se necesite). A lo anterior, habría que sumar que existe demasiada ignorancia de los jefes y utilidades en relación con el denominado "permiso de lactancia".

Específicamente, a mí me sucedió lo siguiente. Primero, me dijeron que ya han tenido demasiadas concesiones conmigo, cuando cada una de mis incapacidades de maternidad estan respaldadas y otorgadas debidamente por el Issste. Me han señalado, que casi casi como un favor o una concesión más, mi permiso de lactancia consistirá en salir de lunes a jueves a las 6.30 de la tarde, porque salimos a las 8 pm (cabe destacar que el horario es en realidad es de 9 am a a 7 pm de lunes a jueves y de 9 a 4 los viernes, con una hora de comida, pero en México, al ser trabajador "de confianza" eso no se respeta).

Eso por lo que corresponde al permiso de lactancia. Ahora me referiré al cuidado de los hijos. Específicamente, y a pesar de que dentro de la misma unidad administrativa donde trabajo, existe gente que llega las 11 de la mañana o personas que toman de tres o cuatro horas de comida, en mi caso, me han señalado que "le haga como pueda" con el cuidado de mi hija, porque no puede haber diferencias (¿?) y el horario, me guste o no, es de 9 am a 8 pm. Con estas condiciones, ¿de verdad este organismo descentralizado es un "great place to work"?

Veamos. La guardería estatal cierra a las cuatro de la tarde, lo cual implica que cualquier mujer que trabaja en el gobierno debe utilizar su hora de comida para pasar por sus hijos y transportarlo a otro lugar donde los cuiden por la tarde, e incluso una parte de la noche.

Por supuesto existe la opción de pagar una guardería particular, ya sea durante la mañana o todo el día, sin embargo, el costo oscila entre los 2 mil hasta 10 mil pesos y tienen un horario de siete de la mañana a, cuando mucho, ocho de la noche. Por lo tanto, con un horario laboral de nueve de la mañana a ocho de la noche, es imposible que alcances a recoger a tu hijo antes de que cierren. Por otra parte, si dejas a tu hijo en la guardería solamente durante la mañana, debes conseguir alguien que te lo cuide en la tarde, pueden ser los abuelos o alguna nana cuyo costo oscila entre los 4 mil y 5 mil pesos al mes media jornada (una nana que cuide a tu hijo jornada completa, puede alcanzar el costo de hasta 12 mil pesos).

Las cosas se complican si tienes que pasar a la hora de la comida por tu hijo a la guardería, hay mucho tránsito para trasladarlo a otro lado (en la Ciudad de México siempre hay mucho tránsito), no tienes un familiar o amigo que te lo cuide, o vives demasiado lejos de la oficina.

Definitivamente, es un panorama difícil, razón por la cual, muchas mujeres han optado por dejar de trabajar o volverse mujeres emprendedoras, tratando de iniciar un negocio desde casa. En mi caso, soy una persona que mantiene sola a su hija, por lo que enfrentarme a esta situación ha sido muy decepcionante, doloroso y muy duro, pues después de ocho años de trabajar en este lugar, me he topado con jefes misóginos y un ambiente completamente discriminatorio.

Todo lo anterior, me ha llevado a pensar que no vale la pena ganar mucho dinero (¿?) por ser "empleado de confianza" y gastar más de la mitad de mi sueldo en guarderías y nanas, con la consecuencia de perder momentos valiosos con mi hija. He pensado que quizás sea mejor ganar menos, cumplir con un horario de ocho horas como establece la legislación laboral y darle tiempo de calidad a mi bebé, ahorrándome, al menos, el costo de la nana. Digamos que en ambos casos, económicamente hablando, cono decimos en México, quedaría "tablas", pero con la ganancia de haber disfrutado más de mi maternidad.

Al final, y después de ponerme en contacto con los tribunales y la procuraduría laboral, quienes me han dicho que los trabajadores de confianza del gobierno no tienen derechos y que "me aguante", he decidido que quizá sea mejor conseguir otro trabajo. Me duele, me decepciona, y me hace sentir muy mal que, a pesar de los esfuerzos que está haciendo la presente administración, la conciliación de la vida familiar y laboral en México sea completamente inexistente. Sé que para una mujer como yo que mantiene sola a su hija, esta puede ser una decisión difícil y muchas veces criticada, principalmente por quien no es madre. Sin embargo, estoy convencida de que puedo conciliar ambas cosas, teniendo un trabajo en un horario mucho más adecuado a mis necesidades y definitivamente voy en su búsqueda. Quiero demostrarme a mi misma que se puede, a pesar de toda la problemática que existe en mi país, principalmente representada por la discriminación e ignorancia en relación con estos temas, porque estoy segura de que estoy haciendo lo correcto y de que he tomado la mejor decisión de mi vida: ser madre.