domingo, 14 de febrero de 2016

Y sigues creciendo...


Mi hermosa princesa,

Has tenido una semana de muchos cambios. Y ante mis ojos, sigues creciendo. Rápido, muy rápido, quizá más rápido de lo que yo quisiera. 

Descubrimos que a veces las vacunas son inmundas, pero son indispensables para estar sanos y fuertes. Ya sé, a mi no me dieron dos piquetes ni me pusieron gotas. Tampoco me dio fiebre como a ti. Solo tienes que saber que siempre te cuidaré con todo mi amor. No importa si no dormimos, tu sonrisa lo compensa todo.  

Además, el 7 de febrero iniciaste con tus papillas. Y tuvimos que empezar con chayote. Recuerdo tu carita de fuchi. Por supuesto no querias comértela. Afortunadamente también descubrí que si la calentaba un poco te gustaba más. A una semana de haber iniciado, ahora comes muy bien y ahora nos encontramos batallando con la zanahoria. Cuando miras la comida de los "grandes" con ojos de asombro, siempre te digo: "para llegar a esto, tenemos que pasar por las papillas de chayote, calabaza y chícharo". Seguro me entiendes porque siempre te ríes. Eres una niña extraordinaria y brillante. 

El viernes 12 de febrero descubrí tu primer dientito en tu encía superior. Apenas se siente un piquito pero sé que la estás pasando mal. Que duele, que da comezón. Supongo que nada puede mitigar al cien por ciento la molestia, pero créeme que estoy haciendo lo posible. 

Para colmo, el sábado te me caíste de la cama. Sentí tan feo escuchar el golpe y luego tu llanto. Afortunadamente no te pasó nada pero lloré muchísimo pensando en si habría consecuencias. Sin embargo tú eres una nena muy fuerte. Lloraste un poco y después te reías. Supongo que con esas risas me decías: "Mami, aquí estoy, no te preocupes, yo nunca te dejaré de querer". 

Mi chiquita hermosa: esta semana hemos aprendido que crecer física y emocionalmente es todo un trabajo. No siempre tan cómodo como uno quisiera. Pero todo, todo en esta vida vale la pena. Algún día me entenderás.

Quiero decirte además, que verte crecer ha sido la mejor experiencia de mi vida y ¿sabes? estoy feliz porque a pesar de que tengo que trabajar, siento que no me he perdido de nada y he aprendido muchísimo a tu lado. En tus ojos solamente veo amor y comprensión. Tus bracitos me llaman y nada puede ser más maravilloso.

Contigo me he dado cuenta que el verdadero amor no tiene límites. 

Te amo mi bebé. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario