lunes, 25 de enero de 2016

¿Para que llegaste?


¿Para qué llegaste si te ibas a ir tan pronto?

¿Para qué llenaste mi cabeza de palabras si éstas no iban a ser congruentes con tus acciones?

¿Para qué me hiciste sentir que podía contar con tu apoyo si no apareciste en el momento en que te necesitaba?

¿Para qué me pediste que confiara en ti si tú no ibas a tener la confianza de decirme las cosas de frente?

¿Para qué te conté mi vida si ibas a actuar como la última persona que me lastimó y desapareció sin decir nada?

¿Para qué me hiciste sentir especial y única cuando no lo era?

¿Para qué me hiciste sentir siquiera?

Tal vez por sexo, tal vez por lástima, tal vez por diversión, tal vez porque eres así… No importa.

Hoy dejaste mi corazón hecho pedazos y en esta ocasión, me costará mucho trabajo volver a unirlos.

No porque te ame demasiado. No porque esté aferrada a estar contigo. No porque te extrañe. No porque me intereses. No porque te quiera.

Simplemente porque volví a confiar y volví a abrirle mi corazón a alguien que no vale la pena.

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