viernes, 3 de junio de 2016

Y ya gateas...

Querida hijita:

La semana pasada me llegó un mensaje de la guardería, acompañado de un video: “Felicidades señora, su hija ya gatea”. Me emocioné mucho y al mismo tiempo sentí un poco de nostalgia. El día en que camines, seguramente querrás descubrir el mundo y ya no estar tanto tiempo en brazos de mamá. Pero no importa, estoy orgullosa de tu crecimiento y tus logros.

¡Desde ese día no has parado! Ahora te mueves mucho más en la cama y no entiendo como haces para dormir vertical y amanecer horizontal, o moverte de la cabecera a donde están los pies. Me da mucha risa, pero me enternece muchísimo que durante la noche, nunca falta el momento en que buscas acurrucarte a mí. Así que cada desvelada ha valido la pena con tal de sentir tus manitas agarrando las mías o tu cabecita en mi vientre.

Nuestro coco en esto de crecer, sin duda han sido los dientes. Pero una vez más me has demostrado ser una guerrera. Ni siquiera has necesitado medicamentos para ello y ahora dos pequeños dientecitos iluminan tu sonrisa.

Además, ya descubriste que en el librero hay muchas cosas interesantes: discos compactos, libretas, películas, libros. Yo que pensaba que me desesperaría el desorden, pero la verdad es que me da felicidad tu agilidad y autonomía. Y no, no me importa que se quede todo tirado.

Hemos pasado juntas momentos inolvidables. Sé que tú no recordarás los viajes, ni las anécdotas, pero yo siempre las guardaré en mi corazón y en mi memoria.

Particularmente recordaré estos dos últimos días en los que incluso te has levantado para tomar lo que deseas. Amo tu determinación. Y amé el momento en que yo me metí a la cocina y tú gateaste hasta alcanzarme para darme los brazos.

Ser tu madre ha sido la mejor aventura de mi vida. Gracias mi querida chiquitolina por tanto. Te amo con todo el corazón.

Tu mami

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