El otro día escuchaba la canción. Esa que me hubiera gustado dedicarte mientras estabas presente. La canción que me hacía pensar en ti a pesar de la ausencia.
Ahora, han pasado algunos inviernos desde el día en que nos conocimos. ¿Lo recuerdas? Tras un simple cruce de palabras, transcurrieron los días hasta que surgió esa imperiosa necesidad que se siente a la altura del corazón y en la boca del estómago cuando quieres saber de alguien y te emociona saber que esa persona existe y sus caminos por alguna razón se cruzaron.
De repente éramos uno. Juntos empezamos a construir un mundo de cristal, un mundo imaginario en el que éramos los protagonistas. Reíamos y llorábamos juntos como si nos conociéramos desde siempre. Nos confiábamos nuestros más recónditos secretos y planeábamos viajes cargados de aventuras.
Aún recuerdo esas largas conversaciones que solíamos tener cuando uno de los dos estaba pasando por un mal momento. En la distancia, nuestras acciones decían: "Ven, toma mi mano y atravesemos la brecha juntos".
Un buen día desapareciste y de repente sólo quedó la nada. Tan solo un par de recuerdos que poco a poco iba llevándose el olvido. La magia había desaparecido de una forma tal que ni siquiera había dolido. Simplemente cada quien había seguido su camino... Uno, sin el otro.
Al tiempo, volviste. De forma inesperada tocaste a mi puerta. Y ahí estabas, como si nada hubiera pasado, como si el tiempo se hubiera detenido antes de tu partida. Yo estaba tan molesta, tan enojada, pero al mismo tiempo tan emocionada, que sólo acerté recibirte mientras de mi boca salían bastantes incoherencias. Después lloré, lloré mucho. Mientras las lágrimas rodaban mis mejillas me decía a mi misma que sí, te había extrañado y que esa necesidad de saberte, de pensarte y de sentirte no habían desaparecido. Me decía a mí misma que definitivamente no quería perderte, nunca.
Después de eso lo supe. Tú eras esa persona. La que me conocía tanto que con una sola palabra podía llevarme de la locura al enojo, de la felicidad a la tristeza, de la confusión a la certeza, y de la decepción a la paz. Vaya que eras poderoso. Yo te había dado ese poder de abandonarme a ti a pesar de que en realidad no existieras... Porque no... no existías.
Me percaté de ello el día que te busqué y no apareciste, el día que voltee a mirarte y no estabas, el día en que quise respirarte y ni siquiera recordaba tu olor... Así, sin más, un día ese mundo que juntos habíamos construido rodó hasta caer en el abismo de la fantasía. Y yo no entendía porqué.
Fueron muchos mis intentos por recuperarte. Te busqué en mis sueños, en mis deseos, en mi cabeza. Te busqué en el lugar en el que nos conocimos, en tus letras, en mis sentimientos y en mis lágrimas. Pero no tuve éxito.
Entonces, empezaron a sonar las notas de esa canción... te abracé y solamente pude decirte mientras sentía tus brazos rodeando mi cuello... "¿Sabes? solamente quería cerciorarme de que eras real y de que todo, absolutamente todo existe... Y sí, quiero estar contigo siempre."
Pd. No sé porque se me ocurrió todo esto mientras escuchaba la canción siguiente: https://www.youtube.com/watch?v=oGn-k8qW8VM&feature=kp . En mi defensa, solamente puedo decir que no fumé ni bebí nada y el resultado final me agradó mucho.
Gina.. recuerda que la vida es Bella y hay que disfrutarla con sus alegrias y tristezas..
ResponderEliminarEsta es la canción que le he dedicado a mi hija, la conocí en el hospital hace ya tantos veranos..tan pequeñita, tan linda..mi historia la capture precisamente en tan solo un segundo.. nunca se me olvidará.. y asi sucede con las personas aveces en un segundo conoces a alguien y te enamoras...mucha suerte