*Post no apto para los susceptibles a las groserías y los acostumbrados a mi dulzura, porque hoy no escribo desde mi lado de mamá… aunqueeeeee... de todas formas soy un pinshi encanto, ¿verdaaaaad?*
Sé que mueren de ganas de saber
cómo carajos va mi vida amorosa (seguro no, pero es mi post... soooo...).
Pues les cuento que en el tema nunca he sido lo que se dice una chingona, pero
parece que desde que soy mamá pues menos. Independientemente de que estoy hasta
la madre de escuchar “Pero pues tú te
casaste como el Borras”, “Todo por acelerada”,
lo cierto es que ese asuntito está finiquitado y pues por eso me di el lujo de
volverme a poner en circulación desde hace algunos meses, porque el cuerpo y la
mente lo pedían a gritos (la neta).
Primero y como podrán ver en algún
post anterior, bajé una de esas aplicacioncitas con las que algunas amigas y
amigos la están pasando harto bien, y conocí a alguien. Uno de los tipos más
intensos que he conocido ever. No mala
persona, no loco, solamente intenso. Y pues dos intensitos, era evidente que
aquello iba a acabar con chispas y no precisamente de amor. Ya saben, hice un
pequeño dramita, solté unas lagrimitas y a otra cosa mariposa (porque mis lutos
duran poco, ¿como chingados no?).
El caso es que después de esa
experiencia, pero con mucho ánimo de repetirla, salí con un par de sujetos más.
De las peores dates de mi vida,
y que me hacían preguntarme una y otra vez “¿Que chingados hago
charlando con este sujeto?”. Así
que cerré la dichosa aplicacioncita para no volverla a abrir. “Pos ni que estuviera
tan necesitada”, me decía. Días después me enteré que esa aplicación al parecer tiene otra
finalidad. Adivinaron: tener sexo. Y yo no había tenido nada de nada, así que
hasta frustrada me estaba sintiendo... #OkNot
Entonces conocí al que denominaré
“el caballero”. Un tipo súper inteligente, con la mejor conversación y nada
guapo. Con él juré que inteligencia mataba carita y de paso cuerpo (porque está
bien que me gusten feos, fuertes y formales pero con este me la estaba
prolongando porque solo tenía lo formal). El caballero en cuestión me trataba
como reina. Y esta reina medio pendeja se empezó a clavar. Tache, tache, tache,
porque el sujeto había sido hiper claro cuando me dijo que no volvería a tener
una relación estable con nadie, lo cual era obvio después de tres hijos con
tres diferentes damas. Pero ahí seguía yo reservando mi salida semanal para el
dichoso caballero. Hasta que un día me confundió con su mejor amigo y me empezó
a platicar de todas las ladies que le gustaban. En ese momento el caballero
perdió toditito su encanto. Como me dijo una amiga que la neta si es bien
chingona para esto: “Cada vez que te diga
eso pregúntale si no tiene amigos y cuando el wey te conteste que porque lo
dices, dile que parece que no porque te está contando a ti de sus conquistas… y
no es que seas celosa, simplemente que aunque sean free, te interesa cero con
quien más esté saliendo”. Y es que a lo mejor estoy mal, soy old fashion, o
algo así pero de verdad ¿en qué cabeza cabe? O sea, tantito sentido común, ¿o
no? A mí jamás se me ocurriría contarle a un chico con el que esté saliendo,
aunque seamos free, mis aventuras con los otros dos, tres,
cuatro o decenas con los que estoy saliendo simultáneamente. Neta dudes, no mamen.
Búsquense un Club de Toby o algo.
Y hay de cosas a cosas. La otra vez
alguien me dijo en mi oficina: “Con esos ojos, sería
imposible decirte que no”. Obveeeeoooo se refería a unos documentos que yo
argumenté y que se tenían que firmar, no sean mal pensados. Pero después de que
me hizo ese comentario me dieron ganas de contarle mi triste historia del día
en que me friendzonearon (¿no que estos ojos lo podían todo?)
Así como se lee, literal, un buen día me aventé como gorda en tobogán y le
llegué a un dude que juro que me latía un chingo. Y
cual gorda en tobogán me di tremendo chingadazo. Quizá fue mi mood entre neta y no, que hizo parecer mi
propuesta una broma, pero me mandaron por un tubo directito y sin escalas, y
¿saben? así no se pinshis puede valedores.
Cuando pensé que ya por fin me
había salvado de los ligues nefastos y las frienzoneadas dolorosas, di con un grupito de Facebook,
dizque para conocer pareja. Después de recibir harto mensaje de sujetos que
defino como atascados (porque hasta para ser directos hay que tener clase, no
me chinguen) y detectar en el dichoso grupito a los y las todos y todas mías,
las y los exhibicionistas, las y los que a huevo quieren ser el centro de
atención porque el pinche ego se tiene que alimentar de algo, los machistas y
las intensas, me dije: “Ya basta (ahora sí)
de tanta pendejada”. Y me salí, porque hasta andar de vouyerista comenzó a darme flojera.
Cabe destacar además que si eres
mamá, la cosa se complica un poco. Muchos sujetines se llenan la boca diciendo
que “si quieres el
árbol quieres las ramas”. ¡Ay no mamen con sus frases hiper súper
clicheras! Me ríooooooo…. ¿Neta les cae? Porque a mí, amiguitos (ya que estamos
tratándonos como les gusta, como brothers), no me
engañan. En mi juventud llegué a salir con chicos que tenían unas hermosas
criaturas que, ¿porqué no?, me odiaban con odio jarocho y sus ojitos parecían
pistolas. Y estoy segura que mi muñequita por muy hermosa, sonriente y tipaza
que sea (porque sin duda lo es), será muy capaz de echarle ojos de “muérete” a quien
ose acercárseme. No es bromita, ya me pasó. Quiubo.
Así que como podrán darse cuenta,
he estado por demás, divertidísima. Parece que en estos tiempos las personas no
buscan estabilidad. No matrimonio, no anillos, no hijos, no vivir juntos…
simple y sencillamente estabilidad. Con toda certeza he estado buscando por los
medios equivocados, porque entre los que no quieren un compromiso, los que
quieren pero no se animan, los inseguros, los inmaduros y los golfos, de verdad
no se hace uno. Y antes de que intenseen, ojo, no digo que todos, solo algunos
(los que por pura cagada me tocan a mí básicamente #Medito).
Mejor les hubiera hecho caso a mis amigas que me decían: “Deberías ligarte al pediatra de tu beba, al fin y al cabo se llevan súper bien”. Al menos, me estaría ahorrando el costo de las consultas. #GadaMadre
Mejor les hubiera hecho caso a mis amigas que me decían: “Deberías ligarte al pediatra de tu beba, al fin y al cabo se llevan súper bien”. Al menos, me estaría ahorrando el costo de las consultas. #GadaMadre