Querida hija:
Hoy hace dos meses llegaste a este mundo en
medio de dificultades y tribulaciones. Ese día empezaste a luchar y a
demostrarnos de lo que eres capaz.
Estando en la UCIN jamás te diste por vencida
y nunca dejaste de esbozar esa sonrisita tuya tan simpática, ni de abrir tus
inmensos ojos tan expresivos y llenos de amor.
El día de hoy celebro tu segundo mes de
nacida desde nuestra casa, a donde por fin hemos llegado juntas.
Ahora que puedo abrazarte, llenarte de besos,
cantarte canciones, leerte cuentos y dormir a tu lado, sé que sin duda todo
formaba parte de un plan perfecto diseñado para nosotras.
Y justo ahora mismo que te observo mientras duermes,
puedo ver en ti un espíritu fuerte, digno de las más valientes guerreras.
Gracias hija mía. Gracias por luchar durante
casi 50 días. Gracias por ser mi mejor maestra y sin duda, mi heroína. Gracias
por demostrarme que Dios no nos abandona y que los milagros existen. Gracias,
infinitas gracias por elegirme como tu mamá.
Ahora las puertas de este mundo se abren para
ti, para que tú lo descubras, para que tú experimentes, ¡para que tú lo vivas!
Yo te tomaré de la mano y me esforzaré por ser la mejor guía para que seas
inmensamente feliz. No te prometo un camino sin piedras, y tampoco te prometo
ser perfecta. Lo que sí te prometo es que siempre estaré a tu lado y te
acompañaré con todo mi amor.
Te amo mi adorada
hija. Feliz segundo cumplemes.