martes, 17 de septiembre de 2013

Celebrando las fiestas patrias corriendo!

Hasta hace unos quince días y después del evento que conté en uno de mis posts anteriores, todavía no sabía cando iba a volver a correr y me sentía un poco triste por ello (además de gorda, porque no sé qué pasa en mi cabeza, pero siempre que no corro o cuando dejo de hacer ejercicio, siento que me inflo como globo de cantoya y sí, me siento gorda).

El caso es que hace una semana fui al angiólogo y ¡por fin!... Después de llevar a cabo varias pruebas de laboratorio y descartar una serie de diagnósticos (afortunadamente todo quedó en un accidente vascular sin consecuencias mayores que solamente requiere algunos cuantos cuidados), me autorizaron volver a ponerme los tenis y salir a correr.
 
Así que, oficialmente, he regresado a las andadas... Más bien dicho, a las corridas... ¡ay no! olvídenlo,definitivamente eso se escuchó fa-tal... Quiero decir que ¡ya estoy de vuelta y corriendo de nuevo! (sí, eso se lee muchísimo mejor).
 
Para motivarme, un amigo sugirió que corriéramos 5 kilómetros y un poquito más, en la Cuarta edición de la Carrera de las Antorchas que se celebra en la delegación Álvaro Obregón el día 15 de septiembre,como parte de las actividades para celebrar las fiestas patrias.
 
La Carrera de las Antorchas es una carrera gratuita que inicia en la Glorieta Vasco de Quiroga y termina en Calle 10, a escasos metros de la explanada de la delegación Álvaro Obregón, así que la ruta es pura bajada, algo facilito por aquello de que ya llevaba casi dos meses sin entrenar.
 
Como no nos habíamos inscrito con anticipación, mi amigo y yo decidimos llegar desde las 6 de la tarde. Un consejo útil para quienes se animen a ir el año que entra, la opción más viable es dejar el auto en el estacionamiento del Costco que se encuentra subiendo el Periférico, a un par de cuadras de la explanada de la delegación, y de ahí tomar un taxi a la Glorieta Vasco de Quiroga.
 
La inscripción no fue ningún problema, y el paquete contenía una playera enorme, una bandera de México y un jugo. Como es una carrera gratuita, no hay demasiados patrocinadores y tampoco un chip. Tampoco hay tantas personas, así que no vas atropellando a nadie y puedes correr a tus anchas y a tu ritmo. El chip podría ser tema para algunos, pero deja de serlo gracias a aplicaciones como Endomondo o Nike que nos permiten registrar tiempo y distancia de nuestras carreras.
 
Después de acomodar nuestras cosas y dejar nuestros paquetes en la camioneta que fungió como vestidor (literal, le hacías un nudo a tu paquete, le ponías tu nombre, se la entregabas a un señor que traía una camioneta de la delegación, y orabas para que porfitas tus cosas no desaparecieran en el camino), nos dimos a la tarea de hacer nuestro calentamiento, cantar el himno nacional, y posteriormente disfrutar del recorrido.
 
Aquí mis fotos antes de iniciar la carrera... Alguien dudaba del buen ambiente?

 


 

 


Así, sonó el disparo de salida, entre gritos de “Viva México”, banderas que ondeaban simultáneamente y antorchas encendidas que iluminarían nuestro camino (de ahí la denominación de la propia carrera).
 
Paso a pasito, salí a un ritmo bastante relajado. Siempre he respetado las bajadas por aquello del golpeteo de las rodillas y esta vez no fue la excepción.
 

Mientras corría me repetía en la cabeza dos cosas: “Ya sé que es bajada, pero no por eso me voy a dejar ir como gorda en tobogán o después mis meniscos lo van a lamentar” y “Bracea hacia atrás, hacia atrás, hacia atrás”. Lo del braceo lo acababa de ver en un video de la Dra. Enitza George que me permitió ver que yo braceaba perfectamente mal. El video se encuentra en el vínculo siguiente: http://youtu.be/TabQyS9MCMQ
 
Generalmente corro con música, pero había olvidado mis audífonos, así que tenía que motivarme a como diera lugar. Cuál sería mi sorpresa al darme cuenta que todo el camino íbamos a estar acompañados por los vecinos del pueblo de Santa Fe que no dejaban de echar porras y transmitirnos buena vibra. Además, la música no hacía falta, pues mientras corríamos, pasábamos por montones de establecimientos que tocaban música de mariachi, ¿qué mejor forma de motivarse que esa?
 
Así, poco a poco, llegamos a la meta, donde nos esperaban con bebidas isotónicas y un diploma de participación. Lo reconozco, llegué cansada y si no hubiera sido porque mi amigo me estuvo echando porras todo el camino corriendo a mi paso, quizá hubiera desistido.
 
La carrera la terminé en aproximadamente 38 minutos. Sé que no es el mejor tiempo, definitivamente había perdido condición en este periodo de inactividad, pero estaba feliz por lo que la carrera representaba para mí y porque necesitaba este empujoncito para motivarme a madrugar diariamente a las 5 am e irme a correr. Necesitaba saber porqué correr era una actividad que disfrutaba tanto antes de lesionarme, y recordar la satisfacción que representa el lograr un objetivo, cualquiera que este sea. Era muy importante para mí volver a enamorarme del runningy sí, lo logré.


Ahora, ahí les van algunas curiosidades de la Cuarta edición de la Carrera de las Antorchas:
 
1. El más aplaudido a su llegada: Definitivamente a quien todos esperábamos con ansias locas, era al señor de la camioneta que traía nuestras mochilas y demás pertenencias. El último participante ya había cruzado la meta, el tránsito ya se había restablecido y ahí estábamos un grupo de personas congelándonos poquito, y preguntándonos si la camioneta no había llegado antes y ya se había ido con todos nuestros triques, así que cuando por fin apareció -al final de la caravana-, los aplausos no se hicieron esperar.
 
2. Lo más naco: A ver gentecita. Yo sé que los corredores somos una molestia para algunas personas, porque a nuestro paso los vehículos tienen que detenerse. Lo que no se vale y lo , es aventarle el coche a los corredores y tocar el claxón como desesperados porque tienen prisa. Aprendan a convivir y a respetar si quieren que nosotros los respetemos, y si ya saben que se va a detener el tránsito aproximadamente una hora, tomen sus precauciones y dejen de actuar primitivamente. De nada.
 
3. Lo que no debemos confundir: La música de Queen, el reggaeton y el punchis-punchis, no es, leyeron bien, no, no es música mexicana. Y hubiera estado increíble y más ad-hoc con la celebración que en la verbena popular organizada en la delegación se hubiera escuchado menos música de ese tipo y yo hubiera comido mis tostadas acompañada de música mexicana.
 
En conclusión, un excelente evento y una maravillosa forma de celebrar con la mejor compañía, el hecho de que México es un gran país, con gente maravillosa, entusiasta y única, muy a pesar de sus gobernantes. Quieran que no 😉.