domingo, 23 de febrero de 2014

Cinco minutos...

Este post va dedicado a todas las mujeres que, como yo, alguna vez se han sentido solas y medio desorientadas en su existencia.
 
Confieso que he tenido unas semanas difíciles. He llorado, he pensado, me he confundido, me he sentido sola, he tomado decisiones rápidas y no tan precisas... Y para rematar me la he pasado enferma del estómago (bien dicen que todo se refleja ahí y de verdad que estos últimos días no me cabe la menor duda)

El viernes por la noche, de plano toqué fondo. Estaba en mi cama, con una sensación de vacío y tristeza grandes, cuando me decidí a escribirles a mis amigas. Es raro que lo haga porque siempre me ha dado algo así como pena o un sentimiento raro y feíto reconocer que estoy mal, y por consiguiente, pedir ayuda. Pero esta vez lo hice y no me me arrepiento.

Como sé que a muchas personas les puede pasar y también no quiero que a mí se me olvide, voy a compartir algunas cosas que he aprendido a lo largo de este proceso y los consejos que recibí:
 
1. Se vale pedir ayuda. Creo que siempre he sido demasiado autosuficiente y eso es bueno, pero llevado al extremo puede resultar un poco soberbio y hasta egocéntrico. Yo he pasado por el "ni madres, yo no necesito que nadie me ayude a destapar el lavabo", con el subsecuente cagadero y llamada al plomero, hasta el "Equiiissss... No pasa nada si vengo a trabajar en muletas, ya no quiero estar de incapacidad, subo y bajo rebién por el elevador". Claro, sólo que ese mismo día tembló y obviamente necesité que me bajaran cargando... Que elevador ni que nada doña "todo puedo no necesito de nadie". 

¡Que les digo a nivel emocional!. Detesto llorar delante de los demás (mi mami y mi hermana son la excepción) y siempre aparento que todo está bien mientras me atasco de helado de chocolate y engordo yo sola.

¡Basta! Si está bien ser chingona, pero a veces vale la pena voltear con la gente que te quiere y decirle "¡hey! Ayúdame con esto por favor". Una se puede sorprender gratamente cuando recibes ayuda incluso de quien menos te imaginas.

2. Todas mis amigas coincidieron en que necesitaba tiempo para mí. Estaba en un mar de confusiones existenciales (¿Que quiero? ¿Qué no quiero? ¿Y si me quedo sola? ¿Será que ya estoy en una carrera contra el tiempo?, etc.) y entonces alguien me dijo: "Stop! Para estar bien con quién sea, primero necesitas estar bien contigo misma".

Ya sé y ya lo sabía... pero necesitaba el recordatorio. Eso de la soledad suena lamentable, salvo cuando te concientizas de que puedes ser tu mejor amiga, conocerte al cien por ciento y decir lo que quieres. Sólo que para eso se necesita tiempo. Tiempo para estar contento con uno mismo y tiempo para reconocer errores o hacer cambios sustanciales en nuestra vida. Tiempo para tomar decisiones con plena conciencia y responsabilidad.

3. ¡Vaya, vaya! Así que necesitaba tiempo. Una amiga me describió perfecto: "Trabajas 12 horas al día, los fines de semana vas a la escuela y los jueves te desvelas con nosotras". Claro, no dijo que diario entre semana también hago crossfit y salgo a correr, que una o dos veces por semana voy a visitar a mi mamá y que también realizo las actividades propias del hogar. Todo, en conjunto, básicamente, me tiene al borde de la locura y con un ritmo de vida cabrón como dicen.

Definitivamente, era sumamente necesario un slow down, un "Gina break" o "Gina time". ¿Y eso qué? ¿A qué hora o cómo? ¿Qué no ven que tengo miles de cosas que hacer?
Un break, me explicaron, son cinco minutos mínimo. Pueden ser bajo de la regadera, un vinito y un libro, dibujar, escribir (¡wow! creo que estoy en mis cinco minutos "rait nau"!), cocinar, algo que me guste y que me haga sentir bien.

Un break es un ratito que no tenga que ver con el trabajo, las clases, la pareja, la familia, el teléfono, las redes sociales (ojo, adictos como yo). Un "Gina time" significa yo, sólo yo y nadie más. Puedo simplemente quedarme acostada un ratito, con la mente en blanco o puedo pasar un fin de semana en algún lugar agradable. Pero tiempo conmigo, de apapacho y autoconocimento, que me permita determinar lo que quiero y lo que no.  Tiempo para descubrir a alguien muy importante: Yo misma.

Un tip adicional que me dieron y que estoy poniendo en práctica, consiste en escribir una lista. De un lado todo lo que quiero y del otro lado todo lo que no quiero. Eso, sin duda, ayuda a esclarecer el panorama y enfocar tus acciones.

4. ¿Cuál es la intención de todo esto? Definitivamente, hacer un alto y evaluar. Pero no se trata de evaluarnos y sufrir o torturarnos pensando que nuestra vida pudo ser de otra forma. De ninguna manera. Se trata de tener paz interior y de entender que todo tiene una razón de ser y todo lo podemos alcanzar si vamos a nuestro propio ritmo, utilizando nuestras propias fortalezas y reconociendo nuestras debilidades. Se trata de conocernos y saber que los sacrificios que hemos hecho han tenido grandes recompensas y que podemos ser nuestra mejor compañía y mejores amigos.

Evaluar no es reprocharse cosas del tipo ¿porqué me he dedicado tanto al trabajo? ¿porqué no tuve un hijo antes?, ¿porqué hice tanto desmadre cuando estaba más joven?, ¿porqué no tengo una pareja estable? ¡Nada de eso! Se trata de hacer un alto, plantear nuevos objetivos y enfocarse en ellos. Se trata, al final, de ser feliz. Como bien me dijo una amiga: "Evalúa pero no te claves y aprende a estar sola". Sin duda ciertísimo.

5. Se vale comer helado, llorar, patalear, morder una almohada, ver películas deprimentes y todo lo que se te ocurra (excepto dañar a alguien o peor, a ti misma), cuando estás triste, confundida y con miles de pensamientos y sentimientos encontrados. Pero una vez que se vació la taza, no se vale instalarse en ese mood

Una vez que pasa lo peor, sólo es válido levantarse cada mañana y decirte algo así como: "Tengo a mi lado a una mujer maravillosa, auténtica, a veces confundida y medio loca, pero que vale la pena, que está luchando por ser mejor persona, que es entregada, chingona, extraordinaria y única. Y esa mujer soy yo." No importa que al principio no te la creas, no importa que pienses que esto es solamente una chaqueta mental sin sentido. Llegará el día en que lo digas más convencida que nunca.

* A mis UVAS adoradas... gracias por estar y por ser las hermanas que la vida puso en mi camino. Yo sé que podría aventarme al río y nadar sola a pesar de la incertidumbre y el miedo. Pero siempre, siempre, es mejor tomarlas de la mano, aventarnos juntas y apoyarme en ustedes para cruzar al otro lado.

domingo, 2 de febrero de 2014

Happy b-day to me!


Pues sí... es mi cumple y básicamente en otros tiempos, ahorita estaría despertando despúes de un fiestón loco y alistándome para ir a comer barbacoa, mariscos o algo pa' la cruda. ¡Pero nooooo! el día de hoy desperté tarde y estoy recostada en mi cama, en pijama, escribiendo este post. ¿La razón? Cumplo 36 años y mi aguante en la fiesta ha disminuido considerablemente (nomás pregúntenle a mis amigas cómo terminé la semana pasada en la "peyamada"... LA-MEN-TA-BLE). Además, últimamente amo la tranquilidad de mi casa, mi espacio y mi compañía.

Siendo lo más honesta del mundo, debo confesar que al principio me deprimí... de repente los 36 se me hicieron un titipuchal de años y sentía que me caían como bomba. Peroooooo, hoy desperté pensando que en este tiempo había aprendido un montón de cosas, me había conocido más a mi misma y esas eran las ventajas de seguir "creciendo" (¿o "envejeciendo"?... ok, no)

La cuestión es que decidí escribir aquí algunas de las cosas que me identifican, que he aprendido a lo largo de los años (con todo y madrazos incluidos) y que deseo, un poco quizá pa' que nunca nunca se me olviden:

1. Soy feliz siendo abogada, peeeeeroooo no litigo. No me gusta y no me interesa, así que si quieren divorciarse o los agarró el torito, háblenme pa' que les recomiende a alguien que los pueda ayudar, pero no esperen que yo lo haga.

2. Amo estudiar y no, no quiero dejar de hacerlo. Los exámenes, las clases y combinar trabajo con escuela, me provocan una adrenalina indescriptible... sólo que no solamente quiero estudiar derecho y más derecho como lo he venido haciendo. Últimamente he descubierto que me interesa la ciencia política (creo que hay una grilla izquierdosa intensa viviendo en mí), así que estudiaré algo al respecto y por el meritito gusto de hacerlo.
 

3. Me encanta aprender cosas nuevas. Ya sea fotografía, pintura, cocina, o lo que se me ponga enfrente y me llame la atención, hago uso de mi poco tiempo libre para hacerlo. Me parto en mil pedazos y lo logro, aunque a veces ande toda acelerada (un poco de comprensión para esta mujercita hiperactiva de favoooor)

4. Sobre el trabajo tengo un punto que me he venido cuestionando toda la semana. Gano bien y me gusta lo que hago. Obviamente les vengo manejando un horario intensísimo e incluso pocos días de vacaciones (no porque no tenga derecho a ellas, sino porque siempre existe un pretexto para no tomarlas). Y bueno, ¿de qué sirve ganar bien si ni siquiera puedes disfrutar tu lana? ¡Bastaaaaaaaa! Hoy decido que quiero trabajar y disfrutar simultáneamente, y sí, estoy segura que se puede.
 
5. Me gusta viajar y conocer gente, lugares y costumbres diferentes. Y no lo he hecho porque "no tengo tiempo", "no tengo con quien ir" o "tengo muchos compromisos aquí"... ¡Pamplinas! Voy a agarrar mi maleta y simplemente lo voy a hacer, ahora que quiero y puedo.

6. No voy a dejar de hacer ejercicio porque me gusta y porque también después de los treinta todo se empieza a caer y no quiero en poco tiempo estarme tropezando con mis propias carnes. No me interesa en lo absoluto romper marcas, hacer tiempazos, ni andar compitiendo. En definitiva prefiero unos brazos y piernas fuertes, bubis y pompas firmes, a correr 10 km en 45 minutos.

7. Hay varias cosas con las que no puedo y no voy a poder jamás. No lo intenten, ni se esfuercen en cambiarme a mí o hacerme cambiar de opinión. Y esas cosas son: que me limiten (soy como una paloma libre, ¿que no se dan cuenta?), que me celen, el machismo, el cigarro, las personas lambisconas (mejor conocidos como "lamebotas"), Televisa, TV Azteca, el conformismo, las personas flojas (léase huevonas pues), el PRI, las imposiciones, la obscuridad, los fantasmas (ok, ok... no he visto ni uno, pero no se me antoja nadita), las películas de terror, que las personas masquen chicle como vacas, que escupan o se saquen mocos en público, los runners que compiten en mala onda, las personas abusivas, el reggeaton, la banda, el mole y los fanatismos religiosos, entre otras cosas. No me lo digan, ya sé... Soy un pinshi estuche de monerías.

8. En cuestiones de pareja he aprendido que las cosas llegan cuando tienen que llegar, y que si alguien no es pa' uno, hay que dejarlo ir. Nadie, absolutamente nadie vale tanto la pena como para mantenerlo, recibir groserías, ser la amante o no sentirse plena. Y menos vale la pena sentirse presionada socialmente con preguntas como "¿cuando te casas?" o "¿pa' cuando un nieto, sobrino, amiguito de mis hijos, etcétera?" que ahora me dan risa. 

9. Hay diversas formas de relacionarse y no necesariamente hay que casarse o vivir con alguien. Conozco una chica que por querer seguir el modelo convencional se casó y se separó a los tres meses. Actualmente, viven separados porque no quieren ni puede vivir juntos, pero están casados y se aman. Alguien más, que incluso fue mi jefe, solamente vive con su pareja los fines de semana y el resto del tiempo cada quien está en su casa...sólo que es el mismo inmueble, donde la planta baja es un departamento y la planta alta otro. Y sé de otra pareja que tuvo un hijo sin vivir juntos, y no, no están separados y forman una familia... ¿Extraño? ¡No! Simplemente diferente y funcional para quien lo decidió.

10. He aprendido que si la vida te pone una familia y amistades excepcionales en el camino, hay que alimentar la amistad y la convivencia. El no tener tiempo no es, ni debe ser opción. Y en mi caso, yo soy súper afortunada en este sentido y cada persona que me rodea hace de mí un ser humano mejor (aunque a veces den sillazo... ustedes UVAS saben quienes son).

Finalmente, me encanta escribir y en esta ocasión decidí regalarme a mí misma este laaaaaargoooo post, diciéndome: "Feliz cumpleaños y gracias a mis 36 años de aventuras, experiencias y mucho aprendizaje". Me voy... debo echarme unos mezcales y comer pastel a mi salud. Con los tamales paso, porque... ¡ah! olvidé decirles que no me encantan, ¿verdad? jajajajaja.